Se hace cada vez mas incomodo sacar a colación el problema indígena venezolano, no por razones intrínsecas sino por el descredito en que ha caído nuestro indigenismo. Este tópico se ha abordado desde los más diversos ángulos y con mayor o menor acierto, pero el resultado siempre ha sido idéntico. Aunque se realizan algunos proyectos parciales, el tiempo avanza y el problema lejos de solucionarse, empeora. Al discriminación, persecución y explotación que sufre el indígena venezolano no se altera en forma perceptible, y no seria aventurado afirmar que, hoy como antes, el genocidio y el etnocidio campean a sus anchas, tanto en sus formas crudas como en las mas refinadas y solapadas.

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