A pesar de las recientes discusiones sobre el tiempo global y neoliberal, la antropología del tiempo moderno sigue siendo poco explorada. El tiempo moderno aquí se entiende como un producto histórico complejo. En su centro está el cálculo del tiempo abstracto del capitalismo, que actúa como una medida universal de valor, pero que siempre entra en conflicto con experiencias concretas del tiempo. Sus disciplinas sociales surgen de la práctica cristiana, pero la ética de estas rutinas está marcada como secular y universal. Su política se basa en representaciones de las conexiones naturales de las comunidades a través de un tiempo histórico homogéneo. Su ciencia y tecnología vinculan estrechamente el tiempo social y humano con ritmos externos no humanos. Es importante que los antropólogos reflexionen sobre el tiempo moderno porque nuestra disciplina ha sido profundamente influenciada por los descubrimientos de su profundidad, secularidad y relatividad. Las controversias que surgieron en relación con las ideas de Darwin y Einstein todavía proporcionan el marco para muchas de nuestras teorías, especialmente cuando nos basamos en la filosofía fenomenológica. En esta introducción, sugiero que los recursos clave para superar esta importante ausencia en la antropología residen en un acercamiento entre la epistemología del tiempo de Alfred Gell y los enfoques de los filósofos políticos marxistas. Esta combinación, junto con un énfasis en el trabajo en el tiempo, plantea nuevas preguntas y revela nuevos aspectos del tiempo moderno en el presente.