Contiene: El vigente Código Penal establece una punición diferenciada según el orígen etno-cultural de quienes califica como "civilizados", "indígenas semicivilizados" o "salvajes". No se trata de una clasificación arbitraria, ella responde a una vieja necesidad de los mecanismos de control empeñados en la construcción de sujetos específicos de represión. El indígena es uno de esos sujetos. Encajado en un pseudo discurso antropológico que separa razón de instinto, cultura de naturaleza y civilización de salvajismo, él será castigado teniendo como objetivo transformarlo en "civilizado". En ese intento en que se han aliado doctrina, legislación y jurisprudencia, la raigambre jusnatural del sistema penal se delata al asumir que la pertenencia a Occidente impone invita una ética de lo ilegal. Consecuentemente, la variedad pluriétnica es considerada como un modo de desórden social al que debe desterrarse. En este libro se muestran algunas ligazones entre una sociedad teñida por las diferencias étnico-culturales y un sistema centralizado de represión penal que intenta a hacerles desaparecer.

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