Contiene: Esta obra aborda un atributo universal del espíritu del pensamiento en su estado salvaje, sus alcances, su fuerza en cierta manera definidos por la imposibilidad de cultivarlos y domesticarlos para acrecentar su rendimiento. Aparence tanto en nuestros contemporáneos como en las pasadas generaciones y es reconocible en las sociedades desarrolladas y en las primitivas. Si se eligen ejemplos de ese pensamiento en comunidades que desconocen la escritura y carecen de máquinas, se verá que es igualmente parecido al que predomina en notables manifestaciones de nuestra cultura o incluso en las formas de sabiduría popular sea aracaica o reciente. En el pensamiento salvaje nada hay desordenado o confuso. A partir de observaciones minuciosas y preciosas a menudo asombrosas analiza, distingue, clasifica, combina y opone los objetos y los hechos de la naturaleza. De ahí que el autor destaca los mitos, ritos y las creencias y otras expresiones de la cultura como salvajes comparables con los demás seres que la naturaleza de la cual el espíritu humano forma parte crea en múltiples formas animales vegetales y minerales.

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