Gregorio Francisco de Campos, un obispo ilustrado que presiente la independencia
Tipo de material: Recurso continuoIdioma: Español Series Anales de la Academia Boliviana de la Historia 1990-1995Detalles de publicación: La Paz - BO Academia Boliviana de la Historia 1995Descripción: pp. 229-255Tema(s): COLONIAJE | CRIOLLOS | OBISPOS | HISTORIA En: Academia Boliviana de la Historia Anales de la Academia Boliviana de la Historia 1990-1995Resumen: La tesis sobre el Obispo de La Paz, Gregorio Francisco de Campos, venezolono maracucho que llega a esta ciudad en 1765 luego de haberse formado en Sevilla y Avila y haber desempeñado funciones eclesiásticas en Santa Fe de Bogotá. Como es bien sabido, el solio episcopal lo mismo que las dignidades en gobierno, administración de justicia, estancos, los recaudadores de tributos y alcabalas, estaban en Charcas normalmente reservados a gente nacida en la peninsula y venida de ella exprofeso a desempeñar tales funciones. Los monarcas españoles, no sin razón, desconfiaban de quienes como el Obispo Campos habián nacido en América incubando un sentimiento peculiar de apego a su tierra. El criollismo del Obispo Campo que lo llevó a defender, probablemente con riesgo de su propia posición y bienestar, a un personaje notable de esa época pero que cayó en desgracia con los peninsulares: el presidente de la Audiencia también criollo, Ignacio Flores. Su posición adversa a los peninsulares se refleja en las duras críticas que lanzó contra las abusos cometidos por las tropas españolas durante la represión al movimiento catarista y asimismo en su animada versión hacia el mas poderoso y controvertido de los chapetones de la época: don Sebastián Segurola.Existencias: 1Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Publicaciones Periodicas Nacionales | Museo Nacional de Etnografía y Folklore Centro de procesamiento | Revistas | B/ANA-A-B/Jul/1995 | Disponible | HEMREV005416 |
La tesis sobre el Obispo de La Paz, Gregorio Francisco de Campos, venezolono maracucho que llega a esta ciudad en 1765 luego de haberse formado en Sevilla y Avila y haber desempeñado funciones eclesiásticas en Santa Fe de Bogotá. Como es bien sabido, el solio episcopal lo mismo que las dignidades en gobierno, administración de justicia, estancos, los recaudadores de tributos y alcabalas, estaban en Charcas normalmente reservados a gente nacida en la peninsula y venida de ella exprofeso a desempeñar tales funciones. Los monarcas españoles, no sin razón, desconfiaban de quienes como el Obispo Campos habián nacido en América incubando un sentimiento peculiar de apego a su tierra. El criollismo del Obispo Campo que lo llevó a defender, probablemente con riesgo de su propia posición y bienestar, a un personaje notable de esa época pero que cayó en desgracia con los peninsulares: el presidente de la Audiencia también criollo, Ignacio Flores. Su posición adversa a los peninsulares se refleja en las duras críticas que lanzó contra las abusos cometidos por las tropas españolas durante la represión al movimiento catarista y asimismo en su animada versión hacia el mas poderoso y controvertido de los chapetones de la época: don Sebastián Segurola.
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