Aquí se presenta el argumento de que los ensamblajes de artefactos líticos pueden generar información considerable sobre los patrones de comportamiento prehistóricos, a menudo a pesar de la falta de material orgánico asociado. Para ilustrar este punto, se ha tomado un ejemplo del asentamiento mesolítico de Bergumermeer en el norte de los Países Bajos, del que solo se han conservado elementos prehistóricos del suelo, piedra y pequeños fragmentos de restos carbonizados. Partiendo de un análisis funcional del desgaste por uso de la colección, se instituyó un procedimiento analítico de cuatro etapas, empleando modelos derivados etnográficamente de parámetros de población de cazadores-recolectores y explotación de recursos esperada estacionalmente. Esta estructura permitió al autor proporcionar estimaciones de varios aspectos del comportamiento prehistórico del grupo Mesolítico, incluido el asentamiento y la duración mínima de la ocupación.