La tecnología del hogar aparece con frecuencia como un conjunto de objetos y prácticas que pretenden ahorrar tiempo. Desde la cocina hasta las comunicaciones, las novedades entran en el hogar acompañadas de reclamos de mayor eficiencia y comodidad. Los efectos de las nuevas tecnologías son, sin embargo, multidimensionales e inesperados: además de ahorrar tiempo, impactan en la división del trabajo, crean nuevas expectativas y requieren acciones de apoyo como mantenimiento y servicio. En este artículo, sugerimos que la ritmicidad es un efecto clave de la tecnología.